domingo, 27 de junio de 2010

¿Por qué ocurren los eclipses de luna?

Hace un par de días pudo verse desde nuestras latitudes otro interesante fenómeno astronómico: La hermosa Luna Llena repentinamente atenuó de manera parcial su brillo por unas horas. Si bien este fenómeno ocurrió a horas, ehm, poco "accesibles" para los habitantes de nuestro país (alrededor de las 6:10 de la mañana del Sábado) lo que probablemente hizo que fuera poco observado, sí nos recordó que como planeta, nos encontramos permanentemente en una "danza gravitacional" junto a nuestro satélite, El Sol y los demás planetas de nuestro sistema solar.



Composición del Eclipse Lunar del 26 de Junio de 2010, tomada por dcafe


Pero, ¿cómo se produce un eclipse de Luna?



Un eclipse de luna es el resultado de encontrarse la Luna en permanente órbita alrededor de nuestro planeta. Ocurre cuando, durante su desplazamiento, ésta ingresa en la zona de sombra que La Tierra proyecta hacia el espacio. El tipo de eclipse dependerá de si nuestro satélite ingresa totalmente a la "umbra", o si solamente toca en forma tangencial la penumbra proyectada hacia el espacio.

En el caso de los eclipses parciales, la sombra penumbral de la Tierra forma un cono divergente que se expande hacia el espacio en la dirección contraria a la del Sol.  Dentro de esta zona, nuestro planeta bloquea parte pero no todo el disco solar. De hecho, durante estos eclipses, una fracción de los rayos directos de luz del Sol continúan alcanzando las partes más eclipsadas de la Luna.

A modo de ejemplo, para un astronauta que estuviera situado sobre la superficie de la Luna, un eclipse penumbral se vería un eclipse parcial de Sol. Por otra parte, si el astronauta se encontrara dentro del cono de sombra de la Tierra no podría ver el Sol; para él se estaría produciendo un eclipse total de Sol.

Los eclipses totales es el tipo más dramático y llamativo de eclipse lunar. La apariencia de la luna puede variar enormemente durante el periodo de totalidad, e incluso de un eclipse a otro. Obviamente, la geometría del tránsito lunar a través de la  umbra juega un rol muy importante. En cambio, el rol que juega la atmósfera terrestre no es tan notorio. Aún cuando la masa física de la Tierra bloquea toda la luz solar directa dentro de la umbra, la atmósfera filtra, atenúa y desvía algunos de los rayos de luz solar dentro de la sombra. 

Las moléculas en la atmósfera dispersan la luz de longitudes de onda corta (como los colores amarillo, verde, azul) más que la luz de longitudes de onda más larga (por ejemplo, naranjo y rojo). Este proceso, que también es el responsable de hacer que los atardeceres sean rojizos, también le dan a los eclipses totales su característico color rojo-anaranjado. Sin embargo, el color exacto puede variar considerablemente en matiz y brillo.


Imagen del Eclipse Total de Luna visto desde Santiago, Chile el día 21 de febrero de 2008, por Diego Cartes S. Más información aquí  


Incluso podemos decir, de manera un poco poética, que esta luz rojiza,  es "la luz de todos los amaneceres y atardeceres de La Tierra, iluminando la luna". Además, se ha visto que la intensidad de este color rojizo suele variar cuando hay alguna fuerte concentración de contaminantes en la atmósfera de nuestro planeta, tal como ocurre, por ejemplo, cuando ha precedido al eclipse alguna fuerte erupción volcánica.

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