martes, 5 de octubre de 2010

El Cielo de Octubre

En el poniente cae al ocaso el Escorpión, fácil de distinguir por su enroscada cola y la roja Antares en su corazón.

Hacia al norte culmina Altaír del Águila y, flotando sobre el horizonte Vega de la Lira con Deneb del Cisne.

Al oriente Deneb Kaitos de la Ballena y, a su izquierda el cuadrilátero del Pegaso; al sur vemos a la derecha del polo a la Cruz del Sur y sobre ella, plantada verticalmente, Alfa y Beta del Centauro, a la izquierda destaca Achernar del Erídano.

Desde latitudes australes medias, al anochecer y alejado de las ciudades, es dable gozar del arco de la Vía Láctea fluyendo por el horizonte en tanto la bóveda estrellada luce árida. Esto se debe a que el Polo Sur Galáctico se ubica próximo al cenit quedando al disco galáctico coincidente con el horizonte.

Vía Láctea hacia el horizonte Oeste
Diego Cartes
EN EL CIELO ESTRELLADO 

(Basado en “Southern Sky” por Martin George, Astronomy August 2010) 

La bóveda estrellada en octubre luce contrastante ya que, mientras la Vía Láctea se despliega hermosa por la zona occidental, la oriental luce opaca y sin brillo ya que miramos lejos del plano galáctico.

Hacia el norte y a media altura nos encontraremos con la estrella de primera magnitud, Altair del Águila y, justo a la derecha del Águila existe un apretado grupo estelar destacado por un asterismo de forma de diamante, se trata de Delphinus, el Delfín.

Allí podemos ver a Gamma Delphini, que destaca en la esquina derecha inferior del diamante, o bien el extremo noreste de la constelación. Se trata de una hermosa doble con componentes de magnitud 4 y 5 a unos 9”de distancia. Podemos agregar, en el mismo campo, a un cuarto de grado al sudoeste de Gamma, a Struve 2725 formada por dos estrellas de magnitud 7 y 8 a unos 6”. Con una amplificación moderada se puede tener a ambas en el mismo campo y separadas.

Delphinus, tenemos a su mas destacado objeto del espacio profundo: el cúmulo globular NGC 6934 descubierto por Herschel en 1785. Se le puede ubicar 4o al sur de la estrella de cuarta magnitud Epsilon Delphini siendo fácil de captar con un telescopio pequeño, claro que se precisa de unos 20cm para empezar a resolverlo.

En Delphinus el astrónomo británico Thomas Web aclaro la razón de los extraños nombres asignados por Niccolò Cacciatore (1780 – 1841), asistente de Giuseppe Piazzi en el Observatorio de Palermo, Sicilia, a Alpha y Beta Delphini: Sualocin y Rotanev, respectivamente que, invertidos se convierten en Nicolaus Venator versión latinizada de Nicolás Cazador o Niccolò Cacciatore.

LOS PLANETAS 

Al atardecer sobre el horizonte del poniente luce Venus con magnitud –4,8, y Marte con 1,5 en Libra; en el curso de los días se ven separando, el primero al oeste para perderse en el resplandor solar e mediados de mes y entrar en conjunción inferior el 29, el segundo hacia este, a medida que se acercan al Sol en cuyos resplandores terminaran por “ahogarles”. El día 9 el delicado creciente lunar se presentara entre ambos.

Aún un pequeño telescopio muestra a Venus como un disco que crece mientras se adelgaza su sección iluminada, es así como a 1 de octubre se presenta como un creciente al19%y45”,ypara15 conun7%y55”de diámetro aparente. Luego de la conjunción se asomara por el este al amanecer.

Por lo que hace a Marte destaca por su tinte naranjo-rojizo, ya que no por su brillo ni su aspecto al telescopio dado su esmirriado disco de 4”.

Mientras tal ocurre en el poniente, sobre el este destaca Júpiter en el borde entre Acuario y Pisces con magnitud –2,9, seguido a unos tres grados por Urano. Si bien alcanzo la oposición a fines de septiembre sigue ofreciendo un hermoso espectáculo al telescopio con su disco de 50” que se reducirá a 47” para fin de mes; cuando Venus se hunda en el poniente será el objeto mas luminoso del cielo. Sabido es que recientemente la Banda Ecuatorial Sur desapareció dejando un tanto asimétrico su aspecto, siendo la hora de prestar atención a los fenómenos que se puedan captar durante el retorno de dicha banda.

Saturno pasa por detrás del Sol el 1 de octubre, desde nuestro punto de vista, y permanece invisible hasta finales de octubre cuando podrá ser captado por los observadores acuciosos; el resto de los mortales deberemos esperar uno o dos meses más para verlo cómodamente “en el monitor de la sala de estar merced al telescopio Goto” .

Por lo que hace a Mercurio, pasará detrás del Sol el 17 de octubre manteniéndose invisible todo el mes; volverá en el atardecer para la segunda mitad de noviembre.

(Tomada de la columna "Octubre Astronómico", de León Villán, del Boletín ACHAYA de Octubre 2010)

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